
¿Quiénes somos?
Terreta neta está viva.
Cambia, crece, se adapta y resiste. Es un ejemplo de resiliencia a pie de calle.
Ha transitado distintos ciclos, coordinados por diferentes personas que actuamos como motor de este proyecto.
Sí, somos una pequeña empresa, muy pequeña.
Hoy somos Nuria Y Laura, antes fuimos Marla y Antonio, pero si nos remontamos tiempo atrás fuimos Begoña, fundadora de este espacio.
Finales de 2022, un reencuentro en Benimaclet, una de nosotras le comenta a la otra que una de sus tiendas favoritas del barrio, busca a alguien que coja el traspaso y el relevo del proyecto. De pronto una idea y boom, aquí estamos, tercera generación de Terreta Neta y ebrias de ilusión.
Y a partir de este momento, la historia se repite:
“Desde entonces trabajamos para que Terreta Neta sea no solo un espacio donde encontrar productos acordes a una filosofía de residuo cero, sino un lugar donde podáis aprender a llevar un estilo de vida más sostenible, poder compartir experiencias con otras personas y donde poder continuar formándonos con las experiencias de todas las personas que venís a visitarnos.
Pero Terreta Neta es sobre todo un sueño cumplido, una manera de repercutir positivamente en esta sociedad, también a través de un consumo responsable y de la educación ambiental, por eso tenemos productos únicos y originales. Muchos de ellos hechos en casa, con amor y cariño, como se tienen que hacer las cosas.
Desde que comenzamos con este proyecto hemos podido conocer a muchas personas que están realizando proyectos muy bonitos e importantes por todo el territorio, así como compartir experiencias y opiniones con muchas personas que han venido a nuestro espacio, ayudándonos a crecer tanto personalmente como profesionalmente. ¡Gracias de nuevo por vuestro apoyo!”
Y continuará!
LAURA
¡Hola!
Soy Laura, una mitad de Terreta Neta, antigua seguidora de este proyecto y un «culo de mal asiento» por definición. Para presentarme podría decir que he acabado siendo parte de Terreta Neta a consecuencia de una serie de casualidades provocadas.
Siempre he sido una persona curiosa y creativa, pero al mismo tiempo bastante crítica y con una tendencia natural a cuestionarlo todo. Desde muy pequeña me han interesado la ecología, lel cuidado de la naturaleza, los ecosistemas y las personas. En mi juventud, esta tendencia me ha llevado a conocer y seguir movimientos como la justicia social y climática, el feminismo o antiespecisme, entre otros. En algún punto, entendí que para sentirme plena, necesitaba sentirme en coherencia, en paz con aquello que pienso, aquello que hago, como interactúo y sirvo a mi entorno.
Quizás por eso, mi trayectoria ha sido tan particular:
Me gradué en Ingeniería en Diseño Industrial a la UPV en 2019, pero algo en mí se resistía a buscar trabajo en este sector, necesitaba hacer otras cosas, descubrir nuevos intereses, viajar más, conocerme y dejar que la vida me llevase por otras rutas. Desde entonces he estado en un ir y venir entre Valencia y Suiza dónde he pasado dos años trabajando y habitando diferentes lugares y circunstancias.
En verano del 2022 cierro esta etapa y me mudo a Valencia, donde siempre me pide el cuerpo volver. Lo hago con un objetivo muy claro, matriculada en un máster online y con un itinerario definido para los próximos años, pero de nuevo, cambio de planes.
Veo que Terreta Neta busca un relevo y siento el impulso de escribir a Toni y Marla para ofrecerme. No lo hago, sola no puedo, no quiero. Unas semanas después estoy reunida con ellos y la que será mi compañera en este proyecto, Nuria y con la cual he tenido la suerte de coincidir en un trabajo de verano.
Así es como, por casualidad (?) acabo embarcada en un proyecto tan bonito, necesario y alineado con mis valores.
Hoy, desde nuestra tiendecita en el siempre vivo barrio de Benimaclet (enorme privilegio estar y construir desde aquí), tenemos la oportunidad de ayudar a la población a transitar hacia formas de vida más sostenibles, de tomar conciencia de la situación social y ambiental, deconstruir pensamientos y creencias, cambiar hábitos y tomar elecciones para acercarse a una realidad más amable y justa.
NURIA
¡Hola!
Mi nombre es Nuria, y soy la mitad de Terreta Neta. Aunque nací en Valencia, me fui a estudiar Comunicación audiovisual a Madrid, por lo que los años más importantes de mi vida como estudiante, así como mi carrera profesional, se desarrolló en gran parte allí.
Mi vida esos años estuvo rodeada de flashes, alfombras rojas y photocalls, ya que fui, entre otras muchas cosas, jefa de prensa de actores.
Durante esos años, tomé muchos descansos, donde cogía la mochila, y me iba a recorrer mundo, principalmente por Asia y Latinoamérica, así estuve unos años, hasta que en el 2018 decido que debo encontrar de nuevo mi “lugar en el mundo”, mi propósito de vida, y empiezo un viaje non stop que me llevara por México, Guatemala, Filipinas (con la consecuente repatriación a España por la pandemia), Argentina, Chile…en estos años tengo contacto con ongs y cooperación internacional, y tengo la oportunidad de conocer y convivir en comunidades indígenas, lo que me hace ir cambiando mi manera de relacionarme con la naturaleza, mis hábitos, mi mentalidad…todo esto va produciendo un cambio en mi manera de pensar y vivir, donde veo claro hacia donde quiero enfocarme de ahora en adelante.
El último año me adentro en el mundo de los probióticos, fabricando Kombucha de manera artesanal, ecológica y sostenible en Córdoba, Argentina. Y después de esta experiencia siento la necesidad de volver a casa, y esto me lleva hasta el verano de 2022 donde regreso a Valencia, con una idea muy clara, empezar un emprendimiento…un proyecto con el que me sienta identificada en mis valores y forma de mirar el mundo, que devuelva un poquito de todo lo bueno que la vida siempre me ha dado, y que, si puede ser, contribuya a que el mundo sea un lugar mejor, más amable, más habitable…y en toda esta búsqueda a miles de km, al final, lo tenía más cerca de lo que pensaba. Fue crucial volver a casa, y conocer allí a la que sería mi socia Laura.
En una comida de amigas en Benimaclet, Laura me habla de Terreta, del traspaso, y lo vi clarísimo, tanto es así que mi respuesta fue: ¿nos lo quedamos?, ¡pero juntas! Y ese mismo día contactamos con Toni y Marla, y todo fue fluyendo de una manera fácil y bonita, fue un amor a primera vista, supimos que el proyecto debía continuar (¡¡somos ya la tercera generación!!), y que tenía una proyección tremenda, y además nos iba a dar la posibilidad de volcar en él todas nuestras inquietudes, aficiones, amor, creatividad…yo particularmente estoy descubriendo todo un mundo, ya no sólo el barrio, Benimaclet, que es un pequeño oasis en mitad de la locura de la ciudad, un espacio donde confluyen lenguas, razas, culturas, generaciones, y donde hay un sentimiento de pertenencia, de generosidad, de “fem barri” que me parece mágico, poderoso y muy necesario.